Un tiempo de inactividad es una característica de seguridad utilizada para cerrar automáticamente la sesión de un usuario después de un cierto periodo de inactividad. Esto ayuda a reducir el riesgo de acceso no autorizado en casos donde el usuario olvida cerrar sesión manualmente o se aleja de su dispositivo sin hacerlo.
Cuando un usuario permanece inactivo durante un tiempo especificado, determinado por los administradores del sistema o los desarrolladores de la aplicación, el sistema termina automáticamente la sesión del usuario. Esto significa que el usuario debe volver a ingresar sus credenciales para recuperar el acceso. Al implementar un tiempo de inactividad, las organizaciones agregan una capa adicional de seguridad para proteger la información sensible.
Hay varios factores que se consideran al determinar la duración de un tiempo de inactividad. Estos factores incluyen la sensibilidad de los datos o sistemas a los que se accede, el nivel de riesgo asociado con el acceso no autorizado y los patrones típicos de uso de los usuarios.
La implementación de un tiempo de inactividad proporciona varios beneficios, incluyendo:
Seguridad mejorada: El tiempo de inactividad garantiza que la sesión de un usuario se termine después de un periodo de inactividad, reduciendo el riesgo de acceso no autorizado. Esto es particularmente importante en entornos donde varios usuarios comparten un solo dispositivo o cuando se accede a sistemas o información sensible.
Protección contra el secuestro de sesión: El tiempo de inactividad ayuda a prevenir el secuestro de sesión, que ocurre cuando un atacante explota una sesión válida para obtener acceso no autorizado a información o servicios. Al terminar las sesiones inactivas, se reduce significativamente el riesgo de secuestro de sesión.
Fomenta el comportamiento responsable del usuario: Al cerrar automáticamente la sesión de los usuarios después de un periodo de inactividad, el tiempo de inactividad fomenta que los usuarios desarrollen el hábito de cerrar sesión manualmente cuando han terminado de usar un sistema o aplicación. Esto ayuda a minimizar la probabilidad de dejar una sesión abierta y vulnerable a acceso no autorizado.
Para garantizar la efectividad de la característica de tiempo de inactividad, las organizaciones deben seguir estas mejores prácticas:
Determinar una duración apropiada del tiempo de inactividad: La duración del tiempo de inactividad debe ser establecida tomando en cuenta las necesidades de seguridad específicas de la organización. Debe ser lo suficientemente larga como para acomodar los periodos típicos de inactividad, pero no excesivamente larga para mitigar los riesgos potenciales. Encontrar el equilibrio adecuado es crucial para alcanzar el resultado de seguridad deseado.
Considerar diferentes periodos de tiempo de inactividad para diferentes sistemas: Dependiendo de la sensibilidad de los datos o sistemas a los que se accede, las organizaciones pueden necesitar implementar diferentes periodos de tiempo de inactividad. Los sistemas críticos o aplicaciones que manejan información altamente sensible pueden requerir un periodo de tiempo de inactividad más corto en comparación con sistemas menos sensibles.
Proveer notificaciones de advertencia: Para evitar que los usuarios pierdan su trabajo debido al tiempo de inactividad, es recomendable proveer notificaciones de advertencia cuando la sesión esté a punto de expirar. Esto les da a los usuarios la oportunidad de continuar su actividad o extender la sesión manualmente, si es necesario.
Comunicar la política de tiempo de inactividad: Las organizaciones deben comunicar claramente la política de tiempo de inactividad, incluyendo la duración y cualquier requisito específico, a todos los usuarios. Esto ayuda a establecer expectativas y asegura que los usuarios estén al tanto de las medidas de seguridad implementadas.