El término "sharenting" fue acuñado para describir la práctica de los padres de compartir fotos, videos e información personal de sus hijos en las plataformas de redes sociales. Es un acrónimo de "sharing" (compartir) y "parenting" (crianza), y destaca tanto los beneficios como los riesgos asociados con las actividades en línea de los padres en relación con sus hijos.
El atractivo de las redes sociales ha hecho común que los padres documenten y compartan momentos importantes en la vida de sus hijos. Estos momentos pueden incluir hitos como el primer día de escuela, cumpleaños, eventos familiares y actividades cotidianas. Compartir estos momentos permite a los padres conectarse con familiares y amigos, facilitar comunidades en línea de padres y mantener un registro digital del crecimiento de sus hijos.
Si bien el acto de compartir estas experiencias puede parecer inofensivo, el sharenting puede tener implicaciones a largo plazo para la privacidad y seguridad. Los padres a menudo subestiman el alcance y la permanencia de sus publicaciones en línea y los posibles riesgos a los que pueden exponer a sus hijos.
Cuando los padres publican sobre sus hijos en línea, corren el riesgo de exponer información personal a una amplia audiencia. Esta información, que puede incluir nombres completos, fechas de nacimiento, nombres de escuelas y ubicaciones, puede ser accesible para individuos desconocidos, incluidos actores malintencionados que pueden hacer un uso indebido de ella. Los datos personales de los niños pueden ser utilizados para robo de identidad, ciberacoso o incluso explotación infantil.
El sharenting juega un papel significativo en la formación de la huella digital de un niño, el rastro digital dejado por sus actividades en línea. Desde una edad temprana, la información personal y las fotos de los niños se almacenan en plataformas de redes sociales, creando una historia digital fuera de su control. Estos datos pueden tener consecuencias de largo alcance, influyendo potencialmente en sus vidas personales y profesionales en el futuro.
Otro aspecto a considerar es la importancia de obtener el consentimiento de los niños mayores antes de compartir información sobre ellos en línea. A medida que los niños crecen, desarrollan un sentido de identidad y límites personales. El sharenting sin su consentimiento puede infringir su autonomía y derechos de privacidad, causando fricciones en la relación padre-hijo.
Si bien el sharenting puede tener riesgos, hay pasos que los padres pueden tomar para mitigarlos y fomentar un entorno digital más seguro para sus hijos:
Antes de compartir cualquier contenido relacionado con sus hijos, los padres deben considerar los posibles impactos que esto podría tener en la privacidad y el futuro de sus hijos. Ser conscientes de las consecuencias a largo plazo puede ayudar a los padres a tomar decisiones más informadas sobre qué compartir y qué mantener privado.
Las plataformas de redes sociales ofrecen configuraciones de privacidad que permiten a los usuarios controlar quién puede ver e interactuar con su contenido. Los padres deben familiarizarse con estas configuraciones y utilizarlas para limitar la audiencia de sus publicaciones. Ajustando estas configuraciones, los padres pueden crear un entorno en línea más controlado para su familia.
Los padres deben ser cautelosos al compartir identificadores personales como nombres completos, fechas de nacimiento, nombres de escuela y ubicaciones. Al evitar estos detalles específicos, los padres pueden reducir el riesgo de que la información de sus hijos caiga en manos equivocadas. En su lugar, pueden usar términos genéricos y seudónimos al referirse a sus hijos.
A medida que los niños se vuelven más conscientes de su presencia digital, es crucial involucrarlos en las decisiones relacionadas con su representación en línea. Tener conversaciones abiertas sobre el impacto potencial de compartir información personal en línea puede ayudar a los niños a desarrollar su comprensión de la privacidad. Los padres deben buscar el consentimiento de sus hijos antes de publicar contenido relacionado con ellos, respetando sus límites y autonomía.
La práctica del sharenting no es vista o entendida de la misma manera en todas las culturas. Diferentes sociedades pueden tener perspectivas variadas sobre compartir información de niños en línea. Es importante respetar y considerar las normas culturales al discutir este tema.
Las leyes y regulaciones respecto a la privacidad en línea y la protección infantil también varían entre países. Familiarizarse con los marcos legales vigentes puede ayudar a los padres a navegar las complejidades del sharenting de manera responsable.
El entorno digital está en constante evolución, y es esencial que los padres se mantengan informados sobre las últimas tendencias, riesgos y mejores prácticas relacionadas con el sharenting. Leer fuentes confiables, participar en comunidades en línea de padres y asistir a talleres o seminarios relevantes puede ayudar a los padres a adaptar sus prácticas al entorno digital cambiante.
El sharenting es una práctica compleja y multifacética que conlleva tanto beneficios como riesgos. Al comprender las posibles implicaciones para la privacidad, emplear estrategias de compartición responsables e involucrar a los niños en la toma de decisiones, los padres pueden crear un entorno más seguro y respetuoso para sus hijos en la era digital. Es crucial que los padres se eduquen continuamente sobre las mejores prácticas digitales y se mantengan vigilantes en la protección de la privacidad en línea de sus hijos.