La gestión de riesgos de terceros es el proceso de identificar, evaluar y mitigar los riesgos asociados con la subcontratación a proveedores, suministradores o prestadores de servicios externos. Esta práctica tiene como objetivo asegurar los datos, sistemas y operaciones de una organización frente a posibles vulnerabilidades introducidas por las relaciones con terceros.
En el panorama empresarial interconectado de hoy en día, las organizaciones a menudo dependen de proveedores y suministradores externos para apoyar sus operaciones. Si bien estas asociaciones traen numerosos beneficios, también introducen riesgos significativos. La gestión de riesgos de terceros implica comprender y abordar estos riesgos para proteger los datos sensibles, mantener el cumplimiento normativo y salvaguardar contra interrupciones.
Para gestionar eficazmente los riesgos de terceros, las organizaciones siguen un enfoque sistemático que incluye los siguientes pasos:
Identificación: Las organizaciones comienzan identificando a todos los terceros con los que interactúan, incluidos proveedores, suministradores, contratistas y prestadores de servicios. Este paso implica crear un inventario de estas relaciones y los datos o sistemas a los que tienen acceso.
Evaluación de Riesgos: Una vez identificados los terceros, las organizaciones evalúan los posibles riesgos asociados con cada relación. Esto puede implicar evaluar sus prácticas de ciberseguridad, medidas de protección de datos, planes de continuidad del negocio y cumplimiento normativo. La evaluación tiene como objetivo identificar vulnerabilidades que podrían comprometer los datos, sistemas o la reputación de la organización.
Mitigación: Después de identificar los riesgos, las organizaciones implementan estrategias para abordarlos y minimizarlos. Estas estrategias pueden incluir implementar cláusulas contractuales estrictas que describan los requisitos de seguridad, realizar auditorías o evaluaciones de seguridad y establecer mecanismos de monitoreo continuo. Al establecer expectativas y requisitos claros, las organizaciones pueden mitigar los riesgos que plantean las relaciones con terceros.
Monitoreo Continuo: La gestión de riesgos de terceros es un proceso continuo que requiere monitoreo y evaluación constante. Los riesgos asociados con los terceros pueden evolucionar con el tiempo, por lo que las organizaciones necesitan evaluar regularmente la efectividad de sus estrategias de mitigación de riesgos. Esto puede implicar evaluaciones de seguridad periódicas, monitoreo del desempeño de los terceros y mantener informados sobre cambios en el panorama regulatorio.
Para mejorar las prácticas de gestión de riesgos de terceros, las organizaciones pueden considerar los siguientes consejos de prevención:
Diligencia Debida del Proveedor: Realice verificaciones exhaustivas de antecedentes de los posibles proveedores para asegurarse de que tengan medidas de seguridad robustas. Esto puede incluir revisar sus políticas de seguridad, planes de respuesta a incidentes y cualquier historial de incidentes o brechas de seguridad.
Salvaguardias Contractuales: Incluya cláusulas de seguridad y acuerdos de nivel de servicio (SLA) en los contratos con proveedores externos. Estas cláusulas deben describir los estándares de seguridad esperados del proveedor, especificar los requisitos de protección de datos y asignar responsabilidades en caso de un incidente de seguridad.
Auditorías Regulares: Evalúe periódicamente las prácticas de seguridad y el cumplimiento de los estándares de la industria por parte de los terceros. Esto puede implicar la realización de auditorías in situ, la revisión de documentación de seguridad y la evaluación del cumplimiento del proveedor con los requisitos normativos.
Cifrado de Datos: Asegúrese de que los datos sensibles compartidos con terceros estén cifrados para protegerlos contra el acceso no autorizado. El cifrado de datos agrega una capa adicional de seguridad y ayuda a mitigar los riesgos asociados con brechas de datos o acceso no autorizado.
Plan de Respuesta a Incidentes: Desarrolle un plan de respuesta a incidentes que aborde específicamente los incidentes de seguridad que involucren a terceros. Este plan debe describir los pasos a seguir en caso de una brecha o incidente, incluidos los protocolos de comunicación, medidas de contención y estrategias de recuperación.
A continuación se presentan algunos términos relacionados que pueden mejorar su comprensión sobre la gestión de riesgos de terceros:
Ataque a la Cadena de Suministro: Ciberataques que explotan vulnerabilidades en la cadena de suministro de una empresa para comprometer los sistemas de la empresa. Gestionar los riesgos de terceros es crucial para prevenir ataques a la cadena de suministro.
Evaluación de Riesgos del Proveedor: El proceso de evaluar los posibles riesgos asociados con el uso de proveedores o suministradores externos. Las evaluaciones de riesgos del proveedor ayudan a las organizaciones a identificar y mitigar riesgos antes de comprometerse con un tercero.
Al implementar prácticas robustas de gestión de riesgos de terceros, las organizaciones pueden minimizar el impacto de posibles vulnerabilidades introducidas por relaciones externas. Una gestión efectiva de riesgos asegura la seguridad, privacidad y resiliencia de los datos, sistemas y operaciones de una organización en el complejo ecosistema empresarial actual.