Wi-Fi Protected Access (WPA) es un protocolo de seguridad desarrollado para proteger redes inalámbricas. Surgiendo como una mejora del previamente establecido WEP (Wired Equivalent Privacy), WPA introduce un marco más robusto para garantizar la confidencialidad e integridad de los datos en redes Wi-Fi. Ha sido fundamental en la evolución de la seguridad de las redes inalámbricas, abordando las vulnerabilidades notables encontradas en su predecesor, WEP. Con el tiempo, WPA ha experimentado iteraciones para fortalecer sus provisiones de seguridad, dando lugar al desarrollo de WPA2 y, posteriormente, WPA3.
WPA fue introducido en 2003 por la Wi-Fi Alliance como una solución interina a las significativas debilidades de seguridad que plagaban WEP. Reconociendo la necesidad de una mejora inmediata en los estándares de seguridad, WPA fue diseñado para ser compatible con hardware más antiguo, aunque con actualizaciones de firmware. La introducción de WPA fue un paso crítico hacia la protección de las redes inalámbricas contra el acceso no autorizado y las escuchas.
En 2004, se lanzó WPA2, ofreciendo un método más seguro de protección de redes inalámbricas. Basándose en los fundamentos establecidos por WPA, WPA2 introdujo el uso obligatorio de los protocolos Advanced Encryption Standard (AES), proporcionando una encriptación más fuerte y haciendo significativamente más difícil para los atacantes vulnerar la seguridad de la red.
Con la evolución continua de las amenazas cibernéticas, la Wi-Fi Alliance introdujo WPA3 en 2018. WPA3 mejora aún más la seguridad a través de características como SAE (Simultaneous Authentication of Equals), que proporciona una protección robusta contra ataques de diccionario offline, y un aumento de la fuerza criptográfica.
WPA admite dos modos principales de autenticación: - WPA-Personal (WPA-PSK): Este modo es adecuado para redes domésticas y de pequeñas oficinas. Requiere una clave precompartida (PSK) o frase de contraseña para el acceso a la red. - WPA-Enterprise (WPA-802.1x): Diseñado para redes empresariales, este modo emplea un marco de autenticación más sofisticado, utilizando un servidor de autenticación para los usuarios que intentan conectarse a la red.
WPA protege las redes inalámbricas encriptando los datos transmitidos entre dispositivos y puntos de acceso. La encriptación asegura que, incluso si los paquetes de datos son interceptados, no puedan ser descifrados por entidades no autorizadas. La utilización de TKIP y AES (en WPA2 y sucesores) por parte de WPA para la encriptación, mejora significativamente la seguridad de las comunicaciones inalámbricas.
WPA representa un cambio fundamental en la seguridad de las redes inalámbricas, abordando y mitigando muchas de las vulnerabilidades inherentes a estándares anteriores como WEP. A través de su evolución hacia WPA2 y WPA3, sigue ofreciendo medidas de seguridad robustas que se adaptan al avance del panorama de las amenazas cibernéticas. A medida que las redes inalámbricas se vuelven cada vez más integrales en actividades personales y organizacionales, entender e implementar los últimos estándares WPA es esencial para proteger la información digital y las comunicaciones.